Por Esteban Maciques Sánchez.
Hablando sobre los distintos tipos de preguntas y hacia dónde nos conducen, hemos visto que, en líneas generales, se partía de las acciones más simples: recordar, identificar, nominar, comparar, hasta llegar a elaboraciones más complejas que nos permitan predecir, reconstruir, formular hipótesis… En el trabajo con el objeto, el proceso iba dirigido de la descripción a la relación, para llegar a la interpretación.leer más>
El factor común a ambos procedimientos es el ir de lo más sencillo a lo más complejo. De lo más objetivo a lo más subjetivo.
Se reproduce de esta manera uno de los procesos fundamentales del conocimiento, el que se inicia en el estudio de elementos aislados, de su observación y descripción, de su organización para, a partir de aquí, establecer juicios, conceptos, categorías. Es lo que se conoce con el nombre de descubrimiento inductivo (Morine, 1978). La inversión de este proceso, que permite llegar de lo más general a los particulares que lo conforman, se denomina descubrimiento deductivo. Ambas, inducción y deducción, son vías válidas para conocer, o para enseñar a conocer sobre un objeto o fenómeno.
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